Qué cambiada estás
En navidades el planteamiento para muchas personas pasa por seguir perdiendo peso, mantenerlo, retomar hábitos tras las fiestas o la improvisación entre otros. Quizás el mantenimiento puede ser una opción para quienes se sienten abrumados ante la llegada de las celebraciones navideñas.
Mantener el peso es uno de los retos más importantes cuando hablamos de salud, ya que se vive como un fracaso cuando en realidad es la manera de aprender a equilibrar. Desafortunadamente en el camino hacia el peso saludable sólo se valora la pérdida de kilos en la báscula. Craso error. La gran mayoría de las personas recuperan el peso perdido porque no consiguen equilibrar, porque no conocen el verdadero valor del mantenimiento.
Si de 10 personas que pierden peso 9 lo recuperan es porque no saben mantenerse
Existen infinidad de pautas alimentarias de gran utilidad como: comprar con moderación, comer despacio, no abandonar la actividad física, reservar los dulces para los días señalados no saltarse ingestas para compensar…
aprender a regular las emociones resulta fundamental si queremos controlarnos
Sin embargo detrás de estas pautas hay aspectos relacionados con la autoestima, los miedos, las dificultades para afrontar problemas o la falta de habilidades sociales… que van a condicionar nuestra manera de comer. No hay que olvidar que en estas fechas nos enfrentamos a situaciones, como veremos a continuación, que pueden suponer un problema para regular las emociones.
- Nos sentimos obligados a pasar tiempo en familia o en un entorno social donde nos siempre las relaciones con algunos miembros son las más deseables.
- Supone compartir mesa con personas que, a veces, no son habituales en otras épocas del año y donde surgen comentarios relacionados con los cambios que hemos experimentado, el aspecto físico o nuestro atuendo entre otros.
- Hay una mayor vulnerabilidad cuando nos exponemos constantemente a alimentos variados, comidas copiosas, en grades cantidades que resultan muy apetecibles y novedosas. Todo ello en un tiempo superior al que estamos acostumbrados y con eternas sobremesas y donde se nos insiste para comer o probar determinados alimentos.
- Por último no hay que subestimar el bombardeo de anuncios publicitarios al que nos vemos sometidos centrados en el cuerpo perfecto, la belleza, la moda, el placer de comer, el amor y la felicidad permanente.