Perder peso: más allá de la ingesta
A pesar de ser conscientes de la necesidad de perder peso, existen una serie de factores que de no tenerse en cuenta, pueden terminar saboteando nuestro intento por alcanzar el peso saludable. Un tema fundamental es trabajar las emociones, pero previamente hay que tener claro tres aspectos.
No asumir la responsabilidad. La obesidad es una enfermedad de la que todo el mundo puede curarse. Por eso tienes que asumir que la pérdida de peso está en tus manos, de lo contrario no lucharás por rectificar los errores que obstaculizan tu camino hacia el peso saludable. Argumentos del tipo “es genético”, “retengo líquidos” o “todo me engorda”, son suficientes para ni siquiera plantearte empezar a cuidarte.
la genética influye, pero no es determinante
Y aunque es verdad que algunas personas presentan más dificultades para la pérdida de peso que otras, siempre se pueden modificar hábitos para derribar esa predisposición a la obesidad.
Pensar que es sólo cuestión de voluntad. Escucho a muchos pacientes decir que no pierde peso porque les falta fuerza de voluntad. Sin embargo, cuando analizamos su trayectoria diaria vemos que esto no es del todo cierto: se levantan para ir a trabajar, sacan todas las mañanas al perro, preparan la comida para sus hijos, arreglan su casa o van a clases de inglés regularmente, es decir, llevan a cabo determinadas actividades que han convertido en rutinas. Para conseguirlo, en su momento les requirió fuerza de voluntad, modificaciones y organización en su modo de vida para dar cabida a todas las actividades en el día a día.
la fuerza de voluntad es necesaria, pero no suficiente
Lo mismo ocurre cuando hablamos de obesidad; la voluntad es necesaria pero no suficiente para perder peso. Modificar el ambiente y organizarse son aspectos fundamentales para que la fuerza de voluntad dé sus frutos. Si consigues establecer pequeños cambios de manera progresiva como unos horarios fijos, comer sin distracciones, planificar las comidas en vez de improvisar, hacer ejercicio o respetar las horas de descanso, estarás creando un entorno para que la pérdida de peso te resulte un objetivo perfectamente alcanzable. Para ello debes reorganizar tu estructura de vida actual e integrar los nuevos hábitos que te lleven a conseguir tu objetivo.
Plantearse metas poco realistas. Los medios de comunicación constantemente nos bombardean con fórmulas magistrales para perder peso en tiempo record y sin apenas esfuerzo.
no cualquier dieta vale, ajústala a tus circunstancias personales
Estos mensajes calan de tal manera, que muchas personas no contemplan la necesidad de adaptar la pérdida de peso a las circunstancias y características personales. A la hora de iniciar el camino hacia el peso saludable hemos de tener en cuenta algunos aspectos como el sexo y la edad, si existen limitaciones para determinados ejercicios, el ritmo de vida diario personal, los kilos a perder… Sólo así podrás ponerte unos retos realistas y evitar los sentimientos de frustración que desembocan en el abandono.