Obesidad, más allá de los kilos

Hay personas cuyas vidas giran entorno al sobrepeso y/o la obesidad, como si fueran las únicas dimensiones para alcanzar la salud y el bienestar. Es necesario hacerles ver que parar perder peso no sólo hay que cambiar de dieta, también hay que cambiar de vida.
En muchas ocasiones, la obesidad nos impide dedicar tiempo a potenciar la salud porque nos enfocamos única y exclusivamente en paliar el sobrepeso. A continuación vemos otras formas de fomentar nuestra salud y bienestar.
Autocuidado social. Las relaciones son fundamentales para nuestro bienestar. A veces, la exposición social puede resultar difícil para determinadas personas. El problema no siempre es el sobrepeso, sino la baja autoestima, la falta de habilidades sociales o la inseguridad. Si culpamos a la obesidad, nunca afrontaremos estas carencias personales.
Autocuidado emocional. Identifica y acepta tus emociones, no son buenas o malas. No reprimas sentimientos como la frustración, el enfado, la tristeza… Todas tienen su función, sólo hay que aprender a gestionarlas sin acudir a la ingesta. Es normal preocuparse ante un problema puntual. Vigila para no caer en el estancamiento y las sensaciones negativas.
Autocuidado físico. Más allá de la actividad física y la alimentación equilibrada, hay que tener en cuenta otros hábitos que pueden mejorar o perjudicar la salud. Entre ellos están: el tabaquismo, el consumo de alcohol, la higiene del sueño, acudir a las citas médicas, seguir los tratamientos prescritos, técnicas de autocontrol emocional… No sólo la pérdida de peso favorece nuestra salud.
Autocuidado intelectual. Se trata de ejercitar nuestra memoria, el razonamiento, el pensamiento crítico y la creatividad, todos ellos seriamente dañados por el uso frecuente de los dispositivos móviles. Entre las actividades que favorecen el autocuidado intelectual están la lectura, actividades creativas (pintar, tocar un instrumento musical, escribir…), juegos de lógica, pasatiempos o la formación en áreas de interés personal.