Mantener el peso perdido. El caso de Anabel

Anabel fue participante de La Báscula, estuvo dos temporadas, entre 2016 y 2018. Formaba parte del equipo de “Las Mellis” junto a su hermana Sofía y dos participantes más, Remedios y Cristina, todas ellas residentes en Chiclana (Cádiz). Anabel tiene una altura de 1,55 m y en aquel entonces pesaba 142 kg. Durante las dos temporadas perdió 60 kg, y una vez fuera del programa 20 kg más. En total 80 kg.
Cuando entró en La Báscula estaba diagnosticada de agorafobia, un trastorno caracterizado por el miedo o ansiedad intensa ante espacios abiertos, transporte público o sitios cerrados entre otros, por temor a no poder escapar o disponer de ayuda si aparecen síntomas incapacitantes.
Sabemos que de cada 10 personas que pierden peso 9 lo recuperan. El mantenimiento del peso saludable es uno de los grandes retos que tenemos los profesionales de la salud, y Anabel es un ejemplo de ello. Con esta entrevista pretendo que nos explique cómo lo ha conseguido y que pueda servir de inspiración para todas esas personas que luchan cada día contra la obesidad.
¿Desde qué edad padeciste obesidad? Desde muy pequeña recuerdo que mis padres me ponían ya a régimen. Mi hermana y yo hemos probado miles de dietas y ninguna nos dio resultado. En una ocasión mi padre se llegó a gastar hasta 6000€ en un tratamiento para que las dos perdiéramos peso.
¿Cómo era tu vida antes de La Báscula? Era sedentaria y comía muy mal: grandes cantidades, cosas rápidas y fáciles de preparar que suelen ser las más calóricas, comida basura. Pero aparte de mi forma de comer, una de las peores circunstancias es que llevaba 3 años sin salir de casa por la agorafobia, desde que nació mi hijo. Me perdí su infancia, mi casa era mi refugio, dejé de estar con mi familia ya que siempre ponía mil excusas para no salir. Mi marido tuvo mucha paciencia conmigo, para él también fue muy duro y le agradezco que siempre estuviera a mi lado.
¿Qué limitaciones tenías? Pues limitaciones todas. No poder andar mucho tiempo porque me cansaba, usaba ropa de persona mayor ya que era complicado encontrar ropa más moderna. Me costaba trabajo bañar a mi hijo, vestirlo, las faenas de la casa… todo me suponía mucho esfuerzo. Además al no salir de casa por la agorafobia mi vida era muy sedentaria.
¿Cual fue tu principal motivación para empezar a perder peso? Mi mayor motivación fue mi hijo, mi marido y mi familia. Pero lo hice principalmente por mí, porque me quería sentir guapa y bien conmigo misma.
¿Qué fue lo más difícil? Para mí lo más difícil fue salir a la calle, ir a las grabaciones delante de tanta gente y tan lejos de mi casa, ya que vivo en Chiclana y grabábamos en Sevilla. Fue un cambio muy grande, de vivir encerrada a pasar tantas horas fuera, entre tanta gente, expuesta en televisión ante toda Andalucía. También me costó el deporte, con tanto peso empezar a moverte no es fácil sobre todo al principio y por supuesto el cambio de alimentación.
¿Cuáles fueron tus mayores logros? Para mí el mayor logro fue salir de la zona de confort porque me permitió muchas cosas, pero sobre todo la más importante: poder llevar a mi hijo al colegio.
Comer es un refugio para muchas personas cuando se sienten mal. Actualmente cuando tienes un día malo ¿cómo lo afrontas? Pues antes me hubiera ido directamente a la nevera si te soy sincera, pero ahora no. Actualmente veo una película o hago algún tipo de actividad que me mantenga entretenida. Cuando el día es especialmente malo salgo a la calle, doy un paseo y así me despejo.
Uno de los obstáculos para perder peso son las excusas ¿cuáles eran las tuyas? No puedo salir a hacer ejercicio con mi agorafobia, por un poco más no pasa nada, mañana empiezo… pues prácticamente las que ponemos la mayoría de gente. Fíjate, yo veía a alguna mujer con más sobrepeso que yo y me decía: “yo, al lado de ella, estoy más delgada”. Así funcionaba mi cabeza.
¿Cómo afrontas ahora las tentaciones? Si te digo la verdad ahora no me llaman la atención, aunque antes me parecía imposible poder vivir sin algunos caprichos. Yo tengo muy claro y asumido que se puede comer un poco de todo siempre que sean alimentos sanos y no ultraprocesados. A ver, si me como un trozo de bizcocho es más sano que lo haga yo que comprarlo hecho. Ahora que llega el verano yo también hago los helados, es más sano ya que soy yo quien elije los ingredientes.
Y en situaciones como bodas, bautizos o un buffet, con tanta comida a la vista ¿qué haces para mantener el control? Gracias al programa aprendí a comer con moderación y a saber lo que es saludable. En estas situaciones cojo mi plato y me sirvo lo que sé que puedo comer y sin llenarlo, es decir, controlando las raciones. Evito picotear porque al final no sabes la cantidad que has comido. Después de mi paso por La Báscula fui con mi familia a un buffet y el primer plato lo llené de ensalada y verduras para saciarme, así es más fácil luego controlarte.
¿Hay algo que evites comer? Una de las cosa que evito comer son las frituras, en casa apenas las tomamos y si lo hacemos es de pescaíto (ríe). Cuando tomamos patatas como acompañamiento o para la tortilla por ejemplo, las hacemos al vapor o al horno. En casa no hay bollería, refrescos, dulces…
Lo más difícil es mantener el peso ¿cómo lo has conseguido? Yo aprendí a comer sano y me acostumbré. Para eso es fundamental saber lo que puedes o no comer. También el deporte es muy importante. Pero ante todo tienes que querer y estar bien contigo misma mentalmente para cambiar tu vida.
¿Cómo es la Anabel de ahora? Ahora me miro al espejo y me siento orgullosa de todo lo que he conseguido, me encuentro bien conmigo misma, estoy feliz y me siento guapa. Mi paso por La Báscula me ha cambiado por completo: disfruto de mi familia y amigos, ahora sí que me apunto a todos los planes que surjan, estoy más tiempo en la calle que en casa. Salgo a tomar café con amigos, hago rutas con mi marido y mi hijo, voy al gimnasio con mi padre que me acompaña y me anima cuando tengo un día bajo. A ambos nos encanta el spinning.
Estás de acuerdo entonces con la frase “Hay que cambiar de vida no de dieta”. Claro, hay que cambiar de vida completamente, esto no es sólo una dieta. Se puede seguir disfrutando, salir, ir a un restaurante sabiendo comer bien. No se trata de comer todos los días en casa una ensalada y todo a la plancha porque no hay quien lo aguante. Además, después de mi paso por el programa me dieron la oportunidad de trabajar como comercial en Thermomix y me ha ayudado muchísimo. Ha cambiado mi vida porque salgo de a casa a ver clientes y esto me impide dar pasos atrás como volver a encerrarme y estar sedentaria. Tenía mis inseguridades pero me relaciono con compañeras que me ayudan muchísimo. Tengo hasta una página en Facebook “Cocina con Anabel” donde hago mis vídeos ensañando recetas. Soy feliz haciendo lo que me gusta.
Anabel termina nuestra entrevista dando las gracias a los asesores: Paloma Gil, Daniel Arazola, Javier García y a mí. También al presentador Enrique Sánchez, a todo el equipo del programa y a su familia. Yo personalmente quiero darle las gracias a ella. Verla tan feliz con todo lo que está consiguiendo hace que mi trabajo siga teniendo sentido.