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La temida llegada a la playa

Una  de las estaciones del año más temidas para las personas que padecen sobrepeso y obesidad es el verano. Supone desprenderse de la ropa gruesa, del abrigo, de todo aquello que nos permite ocultar nuestros complejos y pasar a indumentarias que exhiben partes de nuestro cuerpo hasta ahora cubiertas. Es una época temida también para  muchas otras personas por motivos distintos a la obesidad: poco pecho o excesivo,  presencia de celulitis, varices o estrías, piernas muy delgadas,  piel demasiado blanca, vello corporal, pies con dedos en martillo o juanetes etc.

Querer tener buen aspecto físico es algo legítimo, el problema surge cuando te centras solamente en el exterior, sobre todo porque la percepción de tu cuerpo o aspecto físico está íntimamente relacionada con tu estado interno.

es legítimo querer tener buen aspecto

Vamos a intentar que este sea el último verano donde con  sólo pensar en ir a la playa te desanimes y termines encerrándote en casa. Y queremos evitarlo porque nadie que padezca una enfermedad como la obesidad o complejos de cualquier tipo debería  privarse de un entorno tan saludable – a nivel físico y mental- como el que nos ofrece el mar.

Si consigues seguir las pautas  que te proponemos a continuación, descubrirás cómo mejora tu autoestima al superar esta situación temida. Esto te dará la fuerza necesaria para empezar o continuar la lucha contra el sobrepeso así como empezar a mirar tu físico de otra manera.

Para ello, vamos a comenzar con los siguientes pasos:

  1. En primer lugar, aceptar  que somos imperfectos.
  2. En segundo lugar, no voy a pretender gustarle a todo el mundo. Tampoco voy a “pedir” que nadie me mire o que nadie hable de mí. Esto no está en tus manos así que relájate.
  3. En tercer lugar no te lamentes en público de tus defectos, complejos o limitaciones.
  4. Por último, cada vez que recibas un halago agradécelo, si no te sale guarda silencio pero no lo estropees.

Acude a la playa con personas que tengan los mismos valores que tú. Piensa en los amigos que tienes y qué valoras en ellos. Seguro que no los has elegido por su físico ni ellos a ti tampoco. Lo importante es que estés en un entorno cómodo, donde te aceptan porque te aprecian. No vengas a la playa para seguir aislado, evita el móvil y participa con tus amigos de las actividades que realicen. Aprovecha el entorno para pasear, tomar el sol y nadar.

no enfrentarse a los miedos hace que aumente su poder

Elige la prenda de baño que más te favorezca según tu silueta. Para las personas con obesidad son más recomendables  bikinis anchos, trajes de baño largos, colores oscuros, escotes en V… Si tus complejos son porque tienes poco pecho, elige colores con vivos estampados, flecos y volantes. Para las personas bajas bañador con rayas verticales y para las altas horizontales… Hay miles de modelos para mejorar y disimular las partes de tu cuerpo que menos nos gustan.

pensar que todos te critican como lo haces tú es lo que te mantiene encerrado

No prives ni a tu cuerpo ni a tu mente de salud. La que te proporciona tomar el sol moderadamente, el agua del mar, la arena, verte afrontar tus complejos, salir de tu encierro en verano o tener un bonito bronceado.  No enfrentarte a la obesidad es lo que realmente te hace sentir mal. Así que puedes ir a la playa a tomar el sol  y bañarte, pero también convertirla en tu gimnasio al aire libre. Camina progresivamente, por la arena o por el agua, nada, juega a las palas… en definitiva,  dale otro enfoque a ese entorno que te has prohibido tanto tiempo.

La gente no va a la playa para contemplar tu silueta. Ellos no viven pendientes de tu físico como lo haces tú a cada minuto del día. Pensar que van a estar tan obsesionados y criticándote  como lo haces tú, es lo que te impide exponerte. Observa cómo muchas personas con obesidad,  otros problemas de salud y también complejos acuden, al igual que estás haciendo tú, a disfrutar del mar.

la playa está llena de personas con problemas de salud y complejos

Puede que de pequeño hayas sido objeto de la crueldad infantil y que te hayas quedado anclado en ese período de tu vida. Pero ya no eres un niño, y los que te rodean tampoco. Piensa que si más de la mitad de los españoles tienen sobrepeso u obesidad, todos de alguna manera estamos sensibilizados y relacionados con este grave problema de salud.