Informes

El mito de «El gordito feliz»

La OMS define la obesidad y el sobrepeso como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una de las causas fundamentales viene determinada por el desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.

Son bien conocidas las consecuencias nocivas que el sobrepeso y la obesidad  tienen para la salud en general. Así, un IMC (índice de masa corporal) elevado es un factor de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

la obesidad no es un problema estético, es un problema médico

Dicho esto, llama la atención cómo aún a día de hoy muchos estereotipos difunden la imagen de “el gordito feliz”, una persona que se caracteriza por ser simpático, jovial y con gran sentido del humor.  Nada que ver con la realidad. Por lo general, la persona que padece obesidad acumula un historial de  padecimientos que repercuten negativamente no solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico, familiar, social y/o laboral.

En las personas con obesidad son frecuentes los sentimientos de inferioridad y baja autoestima como consecuencia de la discriminación, las críticas y burlas que han sufrido a lo largo de su vida. Algunas personas tienden a pensar que los obesos “están así porque quieren», motivo por el que se les conceptualiza como vagos, carentes de voluntad y compromiso.

el sufrimiento se suele esconder en esa fachada de aparente felicidad

Además, estas personas padece una preocupación dolorosa por su apariencia que va más allá de una simple insatisfacción. La percepción que tiene de su imagen corporal se convierte en algo estresante que le incomoda y le angustia cuando los demás le observan. Por ello, es frecuente que manifiesten timidez y vergüenza en situaciones sociales o que incluso se aíslen por miedo a la crítica y el rechazo. Si esta situación se prolonga en el tiempo, la obesidad puede conducir a problemas emocionales severos.

A lo dicho hay que añadir los sentimientos de exclusión que experimentan en su día a día a la hora de comprar ropa, tomar asiento en el transporte público, ir al cine o realizar determinadas actividades que suponen un mínimo esfuerzo para cualquier persona. Estas circunstancias propician el aislamiento y por ende participación en actividades sociales, constituyendo un factor que favorece el estilo de vida sedentario.

la curación de la obesidad va mucho más allá de una dieta

Dentro de las relaciones afectivas, hay que mencionar las consecuencias que la obesidad tiene sobre la sexualidad. La baja autoestima y la desvalorización de sí mismas que generalmente tienen las personas con obesidad  les genera temor a la hora de demostrar sus sentimientos, lo que implica limitadas oportunidades de tener una cita amorosa, hasta la negativa de establecer relaciones íntimas. Las condiciones físicas, las patologías cardiovasculares así como la vergüenza a ser visto desnudo constituyen un obstáculo para disfrutar de un sexo libre, cómodo y seguro.

la obesidad debe ser tratada con el mismo respeto que cualquier otra patología médica

En la desesperación por ser capaz de reducir el peso es frecuente la realización de todo tipo de dietas, por lo general milagrosas y nocivas para la salud, que prometen resultados mágicos y que terminan provocando el conocido efecto yo-yo. Es entonces cuando las personas con obesidad se sienten culpables y desalentadas por no obtener los resultados esperados, entrando en una espiral de sentimientos y emociones negativas que  pueden desembocar en trastornos del estado de ánimo o de la conducta alimentaria.