Comer de pie favorece la obesidad

No es lo mismo comer sentado a la mesa que de pie y con prisas. Existe amplia evidencia de que las personas que comen sentadas ingieren menos calorías.
Por un lado, comer de pie no favorece el proceso digestivo, ya que es difícil relajarse y se tiende a comer a mayor velocidad. Por otro, a nivel psicológico se tiene la sensación de haber comido menos o de haber distraído el hambre, y que ya se comerá en condiciones más tarde. Así pues, es frecuente que en la siguiente comida tendamos a ponernos las botas.
En realidad, comer de pie no es perjudicial si se come lo mismo y al mismo ritmo que cuando lo hacemos sentados. Sin embargo, por lo general tendemos a comer de pie cuando se nos hace tarde y lo que procuramos es seguir lo antes posible con nuestra actividad. En estos casos el fin es ingerir apresuradamente, tendiendo a elegir comida rápida de alto contenido calórico. Además, cuando se come de pie hay una mayor ingesta de aire, lo que da origen a muchos problemas al convertirse en gas intestinal.
Tendemos a comer de pie cuando se nos hace tarde y lo que procuramos es seguir lo antes posible con nuestra actividad.
Si quieres perder peso, uno de los hábitos que debes erradicar es comer a toda velocidad, en cualquier lugar, a cualquier hora y cualquier cosa. Hay que sacar tiempo para comer –20 minutos mínimo–, sea cual sea tu actividad, tu rutina diaria o jornada laboral. ¿Dejarías que tus hijos comieran de cualquier manera y cualquier cosa? Seguro que no.
Si tú no aprendes a respetar y priorizar tu hora de comer, igual que haces con las personas que te importan, difícilmente podrás adquirir la disciplina que se requiere para alcanzar el peso saludable. Si no tienes este punto claro, probablemente es que no te has planteado seriamente perder peso.
Comer sentados hace que lo hagamos sin prisas. Y no sólo favorecemos el proceso digestivo, nos saciamos antes y disfrutamos de los sabores, sino que también tenemos un mayor control sobre las cantidades que consumimos.